La piel es el espejo más honesto de nuestro interior, refleja si hay algún desequilibrio en nuestras emociones y salud mental. No es raro ver brotes esporádicos de granitos cuando atravesamos episodios de estrés o notar nuestra piel apagada cuando estamos mentalmente fatigados. Con estos consejos buscamos ayudarte a tratar los problemas en la piel por estrés para que vuelvas a conectar con tu confianza a través de una piel saludable, bonita y equilibrada.

¿Cómo influye el estrés en la salud y aspecto de nuestra piel?

La relación de la piel y emociones negativas como el estrés es muy estrecha. Nuestra piel está directamente vinculada con el sistema nervioso central y circulatorio. Por esta razón, cualquier cambio negativo que sufre nuestro organismo se hace evidente en ella. 

Si estamos estresados o nerviosos prolongadamente provocan que nuestro organismo libere hormonas que provocan que nuestra piel quede vulnerable a sufrir reacciones alérgicas, inflamaciones y a perder nutrición.

Asimismo, tener altos niveles de estrés también vuelve nuestra tez más grasosa.

De pronto aparecen más granitos y espinillas de lo usual a las cuales no encontramos explicación, sin mencionar el exceso de brillo que permanece durante todo el día.

A veces la piel grasa inexplicable no es más que otro resultado del estrés. La piel seca tampoco se queda atrás, cuando sufrimos de resequedad y vemos nuestro rostro sin ese resplandor saludable ¡el estrés también es el culpable detrás de eso!

Tips para mejorar los problemas en la piel por estrés

problemas de piel por estrés

Cuida la hidratación

¿Sabías que uno de los problemas en la piel por estrés más dañinos es la deshidratación?. 

Así es. Cuando el estrés se apodera de nosotros, este también se lleva los componentes necesarios para que nuestra piel esté siempre hidratada, saludable y con vitalidad.

Esto sucede porque el estrés aumenta la producción de la hormona cortisol.

Entonces, nuestro cuerpo interpreta ese aumento como un ataque, y obviamente tiene que defenderse. ¿Y cómo le da la batalla? Disminuyendo el ácido hialurónico y colágeno de nuestro organismo, ¡esto es peligroso! porque son las sustancias responsables de retener la humedad y otorgar firmeza a nuestra piel..

Con el paso del tiempo, la piel deshidratada se traduce en envejecimiento prematuro, tono apagado, sensación de tirantez, piel acartonada, entre otras afecciones.

Por tanto, recuerda utilizar una crema o gel hidratante para restaurar los niveles de agua a tu piel todos los días, tanto el día como en la noche. ¡El hidratante es indispensable en tu rutina de cuidado!  

Mímate comenzando tu rutina de skincare respetuosa con tu tipo de piel

Comenzar a cuidar tu piel con una rutina adecuada hará maravillas para contrarrestar los problemas causados por el estrés. Además, es una buena excusa para regalarte un momento de amor propio y distraerte de los problemas cotidianos.

No es necesario que inviertas mucho dinero al inicio. Por lo general, una buena rutina del cuidado de la piel incluye lo siguiente:

  • Desmaquillante ( si utilizas maquillaje)
  • Gel o espuma limpiadora según tu tipo de piel
  • Crema hidratante 
  • Bloqueador solar

Aquí importa mucho la constancia y paciencia que tengas con tu rutina de skincare.

Al principio, es posible que te cueste hacerlo todos los días o tengas un poco de flojera ¡sobre todo en las noches!.

Pero conforme se vuelva un hábito en tu vida, descubrirás que un día lo haces de forma automática. ¡Y te va a encantar! Sentirás que tu día no está completo sin tu rutina de piel.

Utiliza serums de Vitamina C o Niacinamida para iluminar piel apagada

Así es, ese tono opaco y sin vida también es culpa del estrés. Cuando tu piel luce apagada y cetrina es porque tus niveles de estrés ya rozan las nubes.

La razón por la que el estrés provoca la pérdida de luminosidad en la piel es porque, al encontrarnos en ese estado, nuestros órganos vitales exigen más sangre, causando que la piel (que no es órgano vital) quede en segundo plano y por tanto, reciba menos flujo sanguíneo. 

Afortunadamente, existen tratamientos como los serums de Vitamina C o Niacinamida que trabajan para devolver la luminosidad a la piel, reactivando la circulación y estimulando la producción de colágeno para que consigas un resplandor y tono saludable en tu rostro.

Puedes incluirlas en tu rutina de skincare, siempre y cuando los utilices en diferentes momentos del día para evitar reacciones desfavorables. De preferencia, la Vitamina C por la mañana y la Niacinamida en la noche, aplicándolas antes de tu crema hidratante.

Aprende a gestionar tus emociones 

Es importante que surja un cambio en tu interior. Además de los tratamientos para la piel, debes aprender a controlar el estrés y canalizarlo para evitar que detone afecciones como acné, picazón, resequedad, entre otros.

En este mundo acelerado y cambiante en que vivimos, vamos a tener que lidiar siempre con situaciones que nos roban calma y paz interior. Pero no por eso, vamos a dejar que el estrés tome el dominio de nuestra vida y que haga lo que le antoje con nuestra piel. 

Empieza a canalizar tu estrés en actividades que te hagan feliz y positivo.

Por ejemplo, puedes retomar aquel hobby que habías puesto en pausa, meditar al finalizar tu horario laboral o ejercitarte diariamente.

También es importante pedir ayuda psicológica si sientes que el estrés es más grande de lo que puedes controlar, y así recibir herramientas y técnicas que te ayuden a gestionarlo mejor.

Los problemas en la piel por estrés serán una constante en tu vida si no logras convivir armónicamente con el. 

Recuerda que el truco está en no huir del estrés, sino mirarlo a la cara y decirle «yo tengo el control sobre ti». Tu piel y tu salud mental te lo agradecerán. 

Evita empeorar tu piel estresada con tratamientos caseros milagrosos

¡Alto ahí! Sabemos que cuando nuestra piel nos da problemas queremos hacer todo lo que está a nuestro alcance para mejorarla y que se vea bonita. 

Pero, por favor, evita seguir tutoriales desinformativos o tendencias virales en Tik Tok. Ponerte una ensalada en la cara no es la mejor solución para una piel perfecta. Y los ingredientes abrasivos como el limón, pastas dentales, bicarbonato de sodio o el jabón de ropa es un atentado a tu piel.

La razón es simple.

Ninguno de esos ingredientes han pasado por un proceso que lo vuelva apto para el uso de la piel.

Al ponerlos directamente sobre tu rostro, puedes causar desequilibrios en la barrera de la piel, y cuando esto sucede, se disparan todo tipo de afecciones cutáneas que empeoran su aspecto, aún más de lo que estaba. 

Si quieres un tratamiento efectivo para curar tu piel lo ideal es siempre acudir a un dermatólogo. Una cita dermatológica te ofrece un diagnóstico adecuado y una rutina personalizada para tu condición, recetándote tratamientos comprobados con formulaciones amigables y seguras para tu rostro. 

Evitar posponer la cita al dermatólogo

Retrasar la visita al dermatólogo, solo nos aleja de los resultados que queremos ver en nuestro rostro. Hay veces en que nosotros mismos no podemos tratar nuestra piel problemática, y no está mal pedir ayuda.

Cuando nada de lo que hacemos funciona, es importante acudir a un especialista en dermatología para que evalúe nuestra condición y nos recete un tratamiento que cuente con respaldo profesional.  

Visitar al dermatólogo abrirá tu mente. Te hará entender muchas cosas respecto a tu piel  y esto es sumamente importante porque mientras más la comprendamos, podremos empezar a  tratarla con el cuidado y cariño que necesita para lucir su mejor versión y estar saludable. 

Por eso, si has notado que el estrés ha maltratado profundamente tu piel, agenda una cita con tu dermatólogo favorito lo antes que puedas. Así, evitarás que la afección empeore y deje secuelas antiestéticas en tu rostro.

Por ejemplo, si te salen muchos granitos y no puedes controlarlos, es posible que luego, por no atenderlos profesionalmente, tengas que lidiar con las temibles manchas post acné. 

Asimismo, hay afecciones delicadas como la rosácea, eczema, dermatitis seborreica o psoriasis que solo pueden ser tratados por un médico. Por lo que cualquier manipulación que hagamos podría resultar en nuestra contra.

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